jueves, 30 de octubre de 2008

Autoerotismo: De la confusión a la claridad

Claudia Campos. MHS

Pocos comportamientos sexuales han estado rodeados de tantas distorsiones, desconocimiento, miedos y prohibiciones como el autoerotismo o masturbación.
Para algunas personas el hecho de abordar este tema les resulta inadecuado o inclusive consideran que puede ser dañino. Pero la verdad es que para casi ninguna persona, la masturbación es un hecho ajeno a sus vidas.
Ya sea porque forma parte de las experiencias juveniles, las que algunos parecen no recordar, o es ahora una vivencia personal o motivo de preocupación frente a la educación de los hijos o simplemente porque sé esta confundido y es preferible no pensar.
Comencemos por decir que el autoerotismo, en un sentido amplio se refiere al fenómeno de emociones sexuales producidas sin ningún estimulo externo, proveniente de otra persona. Las fantasías y los sueños con contenido sexual, las sensaciones sexuales producidas por la contemplación de ciertos objetos, entre otros, se consideran autoerotismo.
La masturbación es la forma más frecuente y estudiada de autoerotismo, tanto que para muchas personas es su sinónimo; y ya que para algunas personas resulta más cómodo y conveniente hablar de autoerotismo, hoy en día se habla de ellos como uno solo.
Se denomina autoerotismo - masturbación a la estimulación de los órganos sexuales con el objeto de obtener placer, inducido por uno mismo y sin que otra persona este involucrada físicamente.
El autoerotismo visto como una forma de dialogo y de comunicación de nuestro cuerpo sexual con nosotros mismos; es una forma de aprendizaje, conocimiento y reconocimiento del placer sexual. Practicarlo o no es una decisión íntima y personal, donde no debería tener lugar la prohibición, ni la imposición de los demás.
La práctica del autoerotismo puede estar presente en todas las etapas de nuestro ciclo vital, desde la infancia, hasta la vejez; pero es más frecuente en la adolescencia. En la infancia y la niñez el autoerotismo tiene una connotación diferente, ya que se practica por puro placer sensual, sin connotaciones sexuales.
En la adolescencia, con el aumento de la producción hormonal, los deseos sexuales, se hacen más evidentes. Una manera de satisfacerlos y liberar la tensión que producen es la masturbación. Sin embargo muchos jóvenes y adultos aún sienten el temor y la culpa producidas por el peso de las tradiciones basadas en mitos y falsas creencias.
Por eso aclarar dudas, brindar información veraz y objetiva sobre lo que representa el autoerotismo como parte del desarrollo psicosexual, permite reforzar la autoestima y entender que la conducta sexual personal debe responder a valores, conciencia y necesidades propias, ajenas a presiones externas.
Claudia Campos. Psicóloga Clínica. Master en Sexualidad Humana y Pareja

martes, 14 de octubre de 2008

¿Eres Adicto al sexo?

Claudia Campos.MHS

¿Cuánto sexo es demasiado? ¿Dónde situamos el límite entre lo normal y la adicción? Realmente son preguntas complejas y difíciles de responder, ya que determinar en que momento el apetito sexual saludable se convierte en adicción exige tener una clara línea divisoria entre lo normal y anormal de la sexualidad.
No obstante lo que si debemos tener presente es que la sexualidad forma parte natural del ser humano, pero cuando el sexo se convierte en una verdadera obsesión que tiene un profundo efecto en la vida cotidiana de la persona (trabajo, relaciones de pareja, relaciones sociales, relaciones familiares, etc.) y es causa de una profunda ansiedad acompañada de sentimientos de culpa y de arrepentimiento, es cuando podemos empezar a hablar de una adicción al sexo.
Para las personas adictas sexuales, la preocupación por el sexo esta mas allá de su control; el sexo dirige sus vidas... y también las arruina. Repiten compulsivamente las mismas acciones, aun conscientes de los muchos peligros que corren al ser dominados por sus instintos sexuales.
Algunas características comunes a las personas adictas al sexo son:
• Cuando están en la búsqueda de aventuras amorosas, ningún riesgo importa para ellos, solo la necesidad imperiosa de obtener satisfacción sexual inmediata.
• La adicción tiene poco que ver con la frecuencia de la actividad sexual, es más un problema de control: la vida de estas personas esta totalmente dominada por el sexo.
• El perfil típico del sexoadicto no se limita a las relaciones múltiples de tipo heterosexual u homosexual. Incluye además otro tipo de comportamientos igualmente adictivos tales como la masturbación compulsiva, el abuso de pornografía, prostitución, líneas eróticas o Internet.

En general no es la frecuencia, sino la calidad del sexo, lo que separa al adicto sexual de las personas que son sexualmente equilibradas. Es precisamente esa diferencia sutil lo que provoca infinidad de confusiones en la población.
Independientemente de cual sea la causa, el objetivo del tratamiento no persigue que la persona renuncie completamente a las relaciones sexuales. Se trata de reconducir el comportamiento hacia unos niveles y unas pautas tales que reduzcan la angustia y la culpabilidad tan frecuentes en los sexoadictos y que su actitud hacia el sexo sea más equilibrada y positiva.
Claudia Campos. Psicologa Clinica. Master en Sexualidad Humana y Pareja

lunes, 6 de octubre de 2008

Cuidado con los enemigos de tu relación!

Claudia Campos. MHS

Cuando comenzamos una relación amorosa todo es maravilloso, todo es color de rosa, pero con el paso del tiempo las cosas cambian y tenemos que hacer frente a las dificultades y los problemas.

Si bien es cierto que todas las parejas pasan en algún momento de su relación por situaciones de crisis. Lo importante en esos momentos es afrontarlas y superarlas actuando con madurez y asumiendo los vaivenes de la relación como algo normal que ocurre en todas las relaciones pero que hay que tratar de solucionar.

Ante las dificultades, no debemos caer en el abandono de la pareja ni dejar que las cosas se solucionen solas. Es importante una actitud activa y hacer todo lo posible por salir de esa situación, averiguando cuáles son los motivos que la provocaron y procurar que no vuelva a ocurrir.

Para que una relación sea sólida debe estar basada en el amor, confianza, respeto y comunicación. De esta forma, aunque no va a estar exenta de dificultades será más fácil superar todos lo obstáculos que se puedan presentar, pues se apoya en los pilares básicos de una relación afectiva.

Cuando la relación avanza y vemos a nuestra pareja en una dimensión más real sin el apasionamiento del comienzo, es cuando somos más vulnerables y estamos más indefensos ante los principales enemigos de toda relación.
Estos enemigos son, entre otros, la falta de comunicación y la rutina.

La Comunicación
La falta de comunicación es uno de los principales problemas con los que se puede encontrar cualquier pareja y que incluso puede llegar a destruir la mejor relación.

Podemos amar mucho a nuestra pareja, pero si no sabemos transmitirle lo que pensamos y sentimos, lo más probable es que la relación fracase. Tenemos que saber expresar nuestros sentimientos y tratar de conocer los de la otra persona. Para ello es fundamental saber escuchar y mostrar atención e interés por todo lo que a ella concierne.

Muchas veces la falta de comunicación se produce por falta de tiempo o por cansancio.
En ese caso, se debería fijar un momento al día para poder conversar con la pareja, un momento donde nada ni nadie los interrumpa, pueden ser solo unos pocos minutos, pero que no existan excusas para no hacerlo.

La rutina
A veces, con el paso del tiempo, las parejas se ven envueltas en la rutina y el aburrimiento. La rutina es uno de los mayores enemigos de cualquier relación que hay que vencer, evitando en todo momento perder la alegría y la ilusión por nuestra pareja y manteniendo siempre deseos de estar con ella y de realizar juntos actividades que nos diviertan y nos entretengan y, compartiendo momentos de diversión y de ocio.
Debemos tratar de sorprender, de vez en cuando, a nuestra pareja con detalles y con nuevas ideas con la intención de evitar caer en la monotonía y el abandono.
El amor que sentimos por nuestra pareja y la creatividad, pueden ser las mejores armas para luchar contra estos enemigos.

Claudia Campos. Psicóloga Clínica. Master en Sexualidad Humana y Pareja.