Claudia Campos.MHS
A veces pensamos que en nuestra relación de pareja hay cosas que convienen callar. Otras veces creemos que lo mejor es ir de frente y hablar con la verdad. Saber cual es el límite de la sinceridad en cuestiones de amor, es algo que solo la comunicación entre una pareja y sus acuerdos lo puede determinar. A pesar de que a veces creemos que hay cosas que es mejor nunca decir a nuestra pareja, debemos ser conscientes que la mentira es el primer obstáculo en la comunicación, pues genera distancias, enfría la relación, provocan recelos y desconfianza.
Por lo general, las famosas mentiras piadosas y la conocida frase “no se lo digo porque lo voy a lastimar”, se generan de las promesas que se hacen las parejas. Promesas como: “nunca voy a mirar a nadie que no seas tú”, “siempre te voy a amar”, que a menudo suelen ser difíciles de cumplir en la vida diaria de las personas. Por ello, la mejor promesa que puede existir en una pareja es la sinceridad, pues la verdad fortalece el vínculo y el amor.
Igualmente una buena solución para evitar caer en las “mentiras piadosas” puede ser crear reglas y acuerdos dentro de la relación. Llegar a un acuerdo acerca de las libertades y concesiones que cada uno necesita para sentirse bien. Si las reglas están claras, la mentira se reducirá considerablemente, y hasta puede llegar a desaparecer. Lo importante es que estas reglas se establezcan desde la intimidad de la pareja; en estos casos; terceras personas no deben intervenir ya que guiarse por los juicios o valores externos puede llevar al fracaso. Sólo la verdad trae libertad, y para esto, es necesario que exista un diálogo sincero, basado en la confianza de que hay un otro ante el cual es posible abrir el corazón, mirarse a los ojos y confiar.
El desafío no es sencillo, pero vale la pena intentarlo. La verdad, aunque resulte amarga al principio, siempre es dulce al final.
Claudia Campos.Psicóloga Clínica.Master en Sexualidad Humana y Pareja
lunes, 29 de septiembre de 2008
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