Claudia Campos. MHS
Desde tiempo inmemorial hemos buscado la sustancia o alimento capaz de incrementar nuestro vigor y deseo sexual, o que nos ayude a mejorar nuestro desempeño sexual.
Esto ha provocado que se hable acerca de que algunos alimentos. Como por ejemplo de los mariscos que se dice que mejoran la capacidad sexual. Al respecto podemos decir que no existe ninguna investigación que haya comprobado que algún alimento aumente o disminuya la capacidad sexual; lo que sí es importante para un buen funcionamiento no solo sexual, sino corporal, es una alimentación sana y balanceada.
Igualmente se habla de cremas, drogas y otros medicamentos con efectos afrodisiacos. Podríamos decir que esto es cierto, dependiendo de lo que se entienda por afrodisiaco. Si definimos afrodisiacos, como aquellas sustancias que incrementan las capacidades físicas: mayor número de erecciones, mas potencia, en este sentido no hay alimento, aceite o crema alguna que logre estos resultados.
Pero por otra parte si consideramos afrodisiaco aquellas sustancias que despiertan o aumentan el deseo, y las sensaciones subjetivas de placer, podremos darnos cuenta entonces, que varias cosas, como: una flor, una canción, o una crema en una situación determinada, se convierten en afrodisiaco.
Ya que el deseo y la excitación sexual es una respuesta a estímulos internos como un recuerdo, la fantasía, la imaginación, y/o a estímulos externos que son de carácter muy personal, por ejemplo: la ternura, las caricias, los contactos, son estímulos eficaces para despertar ese deseo y excitación en algunas personas, mientras que para otras pueden ser las imágenes, los olores, y/o los sonidos. Por eso pretender que una simple sustancia origine por si sola estos sentimientos no es mas que un mito.
En realidad el mejor afrodisiaco esta en nuestra mente, en la atracción hacia nuestra pareja, en hacer que cada momento con ella se convierta en un elemento afrodisiaco, que nos permita incrementar el placer y la comunicación.