miércoles, 23 de julio de 2008

Fantasías Sexuales: De la monotonía a la creatividad

Claudia Campos. MHS
Muchas parejas con el paso del tiempo ven apagarse por momentos la pasión, el fuego de los primeros años de su relación y convierten sus aproximaciones sexuales en algo “rutinario” y carente de emoción. Esto no tiene nada que ver con el amor que puede seguir desarrollándose y ser más intenso de lo que era en los comienzos. Es solo que pasa el tiempo y lo que era novedad ya no lo es y si sumamos la rutina del trabajo; la crianza de los hijos/as y el mantenimiento de la casa, no hay romanticismo ni pasión sexual que resistan tanta presión. Es ahí donde la aparición y el mantenimiento de las fantasías pueden ser una interesante manera de recuperar el erotismo. Muchas parejas recurren a sus fantasías sexuales como parte del juego erótico de su relación, ya que varias investigaciones han comprobado que fantasear puede contribuir al éxito de la experiencia sexual. Razón por la cual muchas veces las fantasías sexuales son utilizadas en el tratamiento de las disfunciones sexuales.
Es cierto que en el pasado hablar de Fantasías Sexuales era considerado un síntoma de un grave trastorno, la gente se horrorizaba o consideraba enferma cualquier persona hombre o mujer que se atreviera a hablar sobre sus fantasías. Aun en la actualidad muchos hombres y mujeres no se atreven a contarle a sus parejas sus sueños y fantasías porque han oído que este comportamiento es anormal por lo cual se sienten mentalmente trastornadas, culpables, avergonzadas y con temor a ser rechazadas.
Entender que las fantasías sexuales forman parte de la creatividad e imaginación de una persona y que estas pueden ser compartidas o no con nuestro compañero/a es muy importante para la vida sexual de la pareja, ya que compartir fantasías puede ser muy excitante para algunas parejas y enfriar la relación para otras.
Que son y para que tener fantasías?
Las fantasías sexuales son producto de la imaginación y creatividad de las personas y que todos somos capaces de crear y tener si así lo deseamos y desarrollamos. La mayoría de la gente tiene fantasías sexuales que sirven para una variedad de funciones y que pueden despertar varias reacciones. Pueden ser usadas de muy diversas formas: invitan a la masturbación, aumentan el deseo sexual, a veces se utilizan para facilitar el orgasmo, liberándonos de preocupaciones y miedos. A través de ellas podemos realizar actividades "prohibidas" sin tener que participar realmente en ellas. Dejarse llevar por las fantasías es una forma de ampliar la experiencia sexual sin correr ningún riesgo. Tener fantasías, incluso durante el coito, no es extraño, ni indica que necesariamente existan problemas en la relación.
El contenido de una fantasía sexual varia desde la simple imagen de una persona desnuda, hasta otras más elaboradas basadas en la seducción, islas desiertas, rescates heroicos, orgías, actividades homosexuales; pueden expresar un deseo sexual o provocarlo. Igualmente pueden ser placenteras o desagradables, estimulantes o no, realizables o imposibles. La gran mayoría de las veces estas historias eróticas visualizan imágenes sexuales, ya sea con la persona de la cual se esta enamorado, con alguien que es difícil de alcanzar o representan una experiencia prohibida.
La gran mayoría de las personas dejan volar su imaginación y piensan cosas que en la realidad no se atreverían a hacer. La fantasía y el deseo sexual a veces pueden aparecer juntos y ser el motor que enciende la escena sexual. Pero también se ha comprobado que la gente con bajo deseo sexual, tiene pocas fantasías sexuales y muchas veces se benefician usando y construyendo fantasías de manera positiva. La verdad es que hombres y mujeres sanos y normales gozan con las fantasías sexuales, no solo como base para excitarse o autoestimularse, sino durante el contacto sexual con otra persona. Lo importante es que si estas son vistas como parte de la creatividad de la pareja, como algo divertido y no como una amenaza a la relación, pueden llegar a resultar interesantes, excitantes y beneficiar la relación.
Dra. Claudia Campos. Psicóloga Clínica. Master en Sexualidad Humana y Pareja.

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