jueves, 24 de abril de 2008

¿Nuestra media naranja?

Claudia Campos. MHS

La pareja ideal no existe. Muchas de las causas de frustración y separación nacen cuando las personas descubren que el príncipe azul o la princesa encantada son seres humanos comunes y corrientes que no necesariamente ven el mundo como nosotros. Aprender a conocerlos y a amarlos es parte fundamental de la construcción de un vínculo estable, duradero y enriquecedor.
¿Alguna vez le han dicho que usted es la “media naranja” que estaban buscando? Cuidado. Sin darse cuenta están desconociendo que usted es una persona completa, un mundo independiente, aunque con necesidades. Esperan que usted sea el complemento de “otra mitad”, que definitivamente tampoco es el suyo, para entonces ser la naranja completa y alcanzar la felicidad.
Muchas parejas se casan con el error de las típicas frases “Eres mi otra mitad”... “Encontré mi media naranja”... pero la gran mayoría no piensan en encontrar la mitad que les falta, sino en hallar su igual, esa persona que hace todo lo que él o ella hacen, y también tiene sus mismos gustos. Después, con el paso del tiempo, viene la desilusión que hace que muchas parejas decidan separarse, aunque también muchas otras prefieren buscar ayuda profesional antes de renunciar a la relación.
La verdad es que cuando se está enamorado, no se tienen necesidades. Todo está a la medida de lo que se quiere y necesita, pero es probable que lo que antes se veía como cualidad en la pareja, se transforme en defecto, porque efectivamente, en ese pequeño mundo pero completo que es cada persona, hay defectos y cualidades, pero también necesidades.
Necesidades afectivas, sexuales, de comunicación (verbal y no verbal), de sociabilidad, de independencia, manejo de finanzas, de definir un rol en el hogar, son algunas de esas necesidades que la mayoría de las personas tienen, pero que nunca se expresan, porque generalmente el portador no es consciente de que las tiene. En realidad el reto de amar sin perder la individualidad, significa no permitir que lo absorban, ni pretender poseer al otro. Significa permitir que ese otro a quien amamos sea el mismo e independiente.
Al respecto Fritz Perls un famoso terapeuta, plantea el asunto de la independencia con gran claridad, para muchos puede resultar duro o “poco romántico”, pero debería ser una realidad.
“Yo soy yo y tú eres tú
Tú haces tus cosa y yo las mías.
Yo no estoy en este mundo para llenar todas tus necesidades y
tú no estas para llenar todas las mías.
Donde nos encontremos y tengamos algo en común,
¡maravilloso, disfrutémoslo!
Donde no nos encontremos ni tengamos en común,
tratemos de entenderlo y respetémoslo.
Siempre podemos estar construyendo, poco a poco.

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