Claudia Campos. MHS
Pocos comportamientos sexuales han estado rodeados de tantas distorsiones, desconocimiento, miedos y prohibiciones como el autoerotismo o masturbación.
Para algunas personas el hecho de abordar este tema les resulta inadecuado o inclusive consideran que puede ser dañino. Pero la verdad es que para casi ninguna persona, la masturbación es un hecho ajeno a sus vidas.
Ya sea porque forma parte de las experiencias juveniles, las que algunos parecen no recordar, o es ahora una vivencia personal o motivo de preocupación frente a la educación de los hijos o simplemente porque sé esta confundido y es preferible no pensar.
Comencemos por decir que el autoerotismo, en un sentido amplio se refiere al fenómeno de emociones sexuales producidas sin ningún estimulo externo, proveniente de otra persona. Las fantasías y los sueños con contenido sexual, las sensaciones sexuales producidas por la contemplación de ciertos objetos, entre otros, se consideran autoerotismo.
La masturbación es la forma más frecuente y estudiada de autoerotismo, tanto que para muchas personas es su sinónimo; y ya que para algunas personas resulta más cómodo y conveniente hablar de autoerotismo, hoy en día se habla de ellos como uno solo.
Se denomina autoerotismo - masturbación a la estimulación de los órganos sexuales con el objeto de obtener placer, inducido por uno mismo y sin que otra persona este involucrada físicamente.
El autoerotismo visto como una forma de dialogo y de comunicación de nuestro cuerpo sexual con nosotros mismos; es una forma de aprendizaje, conocimiento y reconocimiento del placer sexual. Practicarlo o no es una decisión íntima y personal, donde no debería tener lugar la prohibición, ni la imposición de los demás.
La práctica del autoerotismo puede estar presente en todas las etapas de nuestro ciclo vital, desde la infancia, hasta la vejez; pero es más frecuente en la adolescencia. En la infancia y la niñez el autoerotismo tiene una connotación diferente, ya que se practica por puro placer sensual, sin connotaciones sexuales.
En la adolescencia, con el aumento de la producción hormonal, los deseos sexuales, se hacen más evidentes. Una manera de satisfacerlos y liberar la tensión que producen es la masturbación. Sin embargo muchos jóvenes y adultos aún sienten el temor y la culpa producidas por el peso de las tradiciones basadas en mitos y falsas creencias.
Por eso aclarar dudas, brindar información veraz y objetiva sobre lo que representa el autoerotismo como parte del desarrollo psicosexual, permite reforzar la autoestima y entender que la conducta sexual personal debe responder a valores, conciencia y necesidades propias, ajenas a presiones externas.
Claudia Campos. Psicóloga Clínica. Master en Sexualidad Humana y Pareja
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