Claudia Campos. MHS
Para algunas personas los meses de otoño e invierno son sinónimo de cansancio, desánimo y aumento de peso a medida que los días se acortan y hay menos luz solar.
¿La razón? : “depresión invernal”.
Sin embargo muchas personas culpan de esto a la época dicembrina, a la nostalgia, la ausencia de familiares y los recuerdos de la infancia. Y aunque estos factores pueden contribuir a la tristeza y el desanimo, el trastorno afectivo de estación (TAE) es algo mas que el recuerdo o la añoranza.
El TAE es generalmente una enfermedad estacional crónica, que se caracteriza por episodios recurrentes de depresión en ciertos meses del año que alternan con períodos de estado de ánimo normal el resto del año. Generalmente las personas afectadas con este trastorno, se deprimen durante el otoño y el invierno y se sienten mejor durante la primavera y el verano. Por eso no es raro ver que la mayoría de las personas al llegar la primavera se sientan más vitales, realicen más actividad física, bajen de peso con dietas más livianas y vean aumentados sus deseos de realizar actividades al aire libre. Por el contrario, cuando los días de invierno tienen menos horas de luz solar y baja la temperatura las personas tienden a comer mas, a subir de peso y a tener menos deseos de realizar actividad física.
El dormir demasiado, antojos de carbohidratos y aumento de peso son algunas señales de este trastorno, acompañadas de las características usuales de la depresión, especialmente, una disminución en el apetito sexual, desesperanza, aislamiento social y en algunos casos pensamientos suicidas.
Estos trastornos depresivos, no pueden concebirse como resultado de una causa única, ya que afecta diferentes factores: biológicos, genéticos y psicosociales. En particular se relacionan con los neurotransmisores (sustancias químicas que transmiten los impulsos nerviosos) principalmente el conocido como melatonina, que trabaja con ayuda de la luz solar, deja de hacerlo al ciento por ciento cuando ésta disminuye; por lo que un día corto en luz o nublado contribuye a la baja en el estado de ánimo.
La buena noticia es que la gran mayoría de las personas con este trastorno responden muy bien a la terapia de luz y/o farmacológica. De allí la importancia de una buena evaluación y que un profesional de la salud mental haga un diagnóstico de TAE, ya que existe tratamiento que alivia los síntomas y hacen que esta época del año no se convierta en una pesadilla.
Claudia Campos. Psicóloga Clínica. Master en Sexualidad Humana y Pareja
miércoles, 19 de noviembre de 2008
jueves, 30 de octubre de 2008
Autoerotismo: De la confusión a la claridad
Claudia Campos. MHS
Pocos comportamientos sexuales han estado rodeados de tantas distorsiones, desconocimiento, miedos y prohibiciones como el autoerotismo o masturbación.
Para algunas personas el hecho de abordar este tema les resulta inadecuado o inclusive consideran que puede ser dañino. Pero la verdad es que para casi ninguna persona, la masturbación es un hecho ajeno a sus vidas.
Ya sea porque forma parte de las experiencias juveniles, las que algunos parecen no recordar, o es ahora una vivencia personal o motivo de preocupación frente a la educación de los hijos o simplemente porque sé esta confundido y es preferible no pensar.
Comencemos por decir que el autoerotismo, en un sentido amplio se refiere al fenómeno de emociones sexuales producidas sin ningún estimulo externo, proveniente de otra persona. Las fantasías y los sueños con contenido sexual, las sensaciones sexuales producidas por la contemplación de ciertos objetos, entre otros, se consideran autoerotismo.
La masturbación es la forma más frecuente y estudiada de autoerotismo, tanto que para muchas personas es su sinónimo; y ya que para algunas personas resulta más cómodo y conveniente hablar de autoerotismo, hoy en día se habla de ellos como uno solo.
Se denomina autoerotismo - masturbación a la estimulación de los órganos sexuales con el objeto de obtener placer, inducido por uno mismo y sin que otra persona este involucrada físicamente.
El autoerotismo visto como una forma de dialogo y de comunicación de nuestro cuerpo sexual con nosotros mismos; es una forma de aprendizaje, conocimiento y reconocimiento del placer sexual. Practicarlo o no es una decisión íntima y personal, donde no debería tener lugar la prohibición, ni la imposición de los demás.
La práctica del autoerotismo puede estar presente en todas las etapas de nuestro ciclo vital, desde la infancia, hasta la vejez; pero es más frecuente en la adolescencia. En la infancia y la niñez el autoerotismo tiene una connotación diferente, ya que se practica por puro placer sensual, sin connotaciones sexuales.
En la adolescencia, con el aumento de la producción hormonal, los deseos sexuales, se hacen más evidentes. Una manera de satisfacerlos y liberar la tensión que producen es la masturbación. Sin embargo muchos jóvenes y adultos aún sienten el temor y la culpa producidas por el peso de las tradiciones basadas en mitos y falsas creencias.
Por eso aclarar dudas, brindar información veraz y objetiva sobre lo que representa el autoerotismo como parte del desarrollo psicosexual, permite reforzar la autoestima y entender que la conducta sexual personal debe responder a valores, conciencia y necesidades propias, ajenas a presiones externas.
Claudia Campos. Psicóloga Clínica. Master en Sexualidad Humana y Pareja
Pocos comportamientos sexuales han estado rodeados de tantas distorsiones, desconocimiento, miedos y prohibiciones como el autoerotismo o masturbación.
Para algunas personas el hecho de abordar este tema les resulta inadecuado o inclusive consideran que puede ser dañino. Pero la verdad es que para casi ninguna persona, la masturbación es un hecho ajeno a sus vidas.
Ya sea porque forma parte de las experiencias juveniles, las que algunos parecen no recordar, o es ahora una vivencia personal o motivo de preocupación frente a la educación de los hijos o simplemente porque sé esta confundido y es preferible no pensar.
Comencemos por decir que el autoerotismo, en un sentido amplio se refiere al fenómeno de emociones sexuales producidas sin ningún estimulo externo, proveniente de otra persona. Las fantasías y los sueños con contenido sexual, las sensaciones sexuales producidas por la contemplación de ciertos objetos, entre otros, se consideran autoerotismo.
La masturbación es la forma más frecuente y estudiada de autoerotismo, tanto que para muchas personas es su sinónimo; y ya que para algunas personas resulta más cómodo y conveniente hablar de autoerotismo, hoy en día se habla de ellos como uno solo.
Se denomina autoerotismo - masturbación a la estimulación de los órganos sexuales con el objeto de obtener placer, inducido por uno mismo y sin que otra persona este involucrada físicamente.
El autoerotismo visto como una forma de dialogo y de comunicación de nuestro cuerpo sexual con nosotros mismos; es una forma de aprendizaje, conocimiento y reconocimiento del placer sexual. Practicarlo o no es una decisión íntima y personal, donde no debería tener lugar la prohibición, ni la imposición de los demás.
La práctica del autoerotismo puede estar presente en todas las etapas de nuestro ciclo vital, desde la infancia, hasta la vejez; pero es más frecuente en la adolescencia. En la infancia y la niñez el autoerotismo tiene una connotación diferente, ya que se practica por puro placer sensual, sin connotaciones sexuales.
En la adolescencia, con el aumento de la producción hormonal, los deseos sexuales, se hacen más evidentes. Una manera de satisfacerlos y liberar la tensión que producen es la masturbación. Sin embargo muchos jóvenes y adultos aún sienten el temor y la culpa producidas por el peso de las tradiciones basadas en mitos y falsas creencias.
Por eso aclarar dudas, brindar información veraz y objetiva sobre lo que representa el autoerotismo como parte del desarrollo psicosexual, permite reforzar la autoestima y entender que la conducta sexual personal debe responder a valores, conciencia y necesidades propias, ajenas a presiones externas.
Claudia Campos. Psicóloga Clínica. Master en Sexualidad Humana y Pareja
martes, 14 de octubre de 2008
¿Eres Adicto al sexo?
Claudia Campos.MHS
¿Cuánto sexo es demasiado? ¿Dónde situamos el límite entre lo normal y la adicción? Realmente son preguntas complejas y difíciles de responder, ya que determinar en que momento el apetito sexual saludable se convierte en adicción exige tener una clara línea divisoria entre lo normal y anormal de la sexualidad.
No obstante lo que si debemos tener presente es que la sexualidad forma parte natural del ser humano, pero cuando el sexo se convierte en una verdadera obsesión que tiene un profundo efecto en la vida cotidiana de la persona (trabajo, relaciones de pareja, relaciones sociales, relaciones familiares, etc.) y es causa de una profunda ansiedad acompañada de sentimientos de culpa y de arrepentimiento, es cuando podemos empezar a hablar de una adicción al sexo.
Para las personas adictas sexuales, la preocupación por el sexo esta mas allá de su control; el sexo dirige sus vidas... y también las arruina. Repiten compulsivamente las mismas acciones, aun conscientes de los muchos peligros que corren al ser dominados por sus instintos sexuales.
Algunas características comunes a las personas adictas al sexo son:
• Cuando están en la búsqueda de aventuras amorosas, ningún riesgo importa para ellos, solo la necesidad imperiosa de obtener satisfacción sexual inmediata.
• La adicción tiene poco que ver con la frecuencia de la actividad sexual, es más un problema de control: la vida de estas personas esta totalmente dominada por el sexo.
• El perfil típico del sexoadicto no se limita a las relaciones múltiples de tipo heterosexual u homosexual. Incluye además otro tipo de comportamientos igualmente adictivos tales como la masturbación compulsiva, el abuso de pornografía, prostitución, líneas eróticas o Internet.
En general no es la frecuencia, sino la calidad del sexo, lo que separa al adicto sexual de las personas que son sexualmente equilibradas. Es precisamente esa diferencia sutil lo que provoca infinidad de confusiones en la población.
Independientemente de cual sea la causa, el objetivo del tratamiento no persigue que la persona renuncie completamente a las relaciones sexuales. Se trata de reconducir el comportamiento hacia unos niveles y unas pautas tales que reduzcan la angustia y la culpabilidad tan frecuentes en los sexoadictos y que su actitud hacia el sexo sea más equilibrada y positiva.
Claudia Campos. Psicologa Clinica. Master en Sexualidad Humana y Pareja
¿Cuánto sexo es demasiado? ¿Dónde situamos el límite entre lo normal y la adicción? Realmente son preguntas complejas y difíciles de responder, ya que determinar en que momento el apetito sexual saludable se convierte en adicción exige tener una clara línea divisoria entre lo normal y anormal de la sexualidad.
No obstante lo que si debemos tener presente es que la sexualidad forma parte natural del ser humano, pero cuando el sexo se convierte en una verdadera obsesión que tiene un profundo efecto en la vida cotidiana de la persona (trabajo, relaciones de pareja, relaciones sociales, relaciones familiares, etc.) y es causa de una profunda ansiedad acompañada de sentimientos de culpa y de arrepentimiento, es cuando podemos empezar a hablar de una adicción al sexo.
Para las personas adictas sexuales, la preocupación por el sexo esta mas allá de su control; el sexo dirige sus vidas... y también las arruina. Repiten compulsivamente las mismas acciones, aun conscientes de los muchos peligros que corren al ser dominados por sus instintos sexuales.
Algunas características comunes a las personas adictas al sexo son:
• Cuando están en la búsqueda de aventuras amorosas, ningún riesgo importa para ellos, solo la necesidad imperiosa de obtener satisfacción sexual inmediata.
• La adicción tiene poco que ver con la frecuencia de la actividad sexual, es más un problema de control: la vida de estas personas esta totalmente dominada por el sexo.
• El perfil típico del sexoadicto no se limita a las relaciones múltiples de tipo heterosexual u homosexual. Incluye además otro tipo de comportamientos igualmente adictivos tales como la masturbación compulsiva, el abuso de pornografía, prostitución, líneas eróticas o Internet.
En general no es la frecuencia, sino la calidad del sexo, lo que separa al adicto sexual de las personas que son sexualmente equilibradas. Es precisamente esa diferencia sutil lo que provoca infinidad de confusiones en la población.
Independientemente de cual sea la causa, el objetivo del tratamiento no persigue que la persona renuncie completamente a las relaciones sexuales. Se trata de reconducir el comportamiento hacia unos niveles y unas pautas tales que reduzcan la angustia y la culpabilidad tan frecuentes en los sexoadictos y que su actitud hacia el sexo sea más equilibrada y positiva.
Claudia Campos. Psicologa Clinica. Master en Sexualidad Humana y Pareja
lunes, 6 de octubre de 2008
Cuidado con los enemigos de tu relación!
Claudia Campos. MHS
Cuando comenzamos una relación amorosa todo es maravilloso, todo es color de rosa, pero con el paso del tiempo las cosas cambian y tenemos que hacer frente a las dificultades y los problemas.
Si bien es cierto que todas las parejas pasan en algún momento de su relación por situaciones de crisis. Lo importante en esos momentos es afrontarlas y superarlas actuando con madurez y asumiendo los vaivenes de la relación como algo normal que ocurre en todas las relaciones pero que hay que tratar de solucionar.
Ante las dificultades, no debemos caer en el abandono de la pareja ni dejar que las cosas se solucionen solas. Es importante una actitud activa y hacer todo lo posible por salir de esa situación, averiguando cuáles son los motivos que la provocaron y procurar que no vuelva a ocurrir.
Para que una relación sea sólida debe estar basada en el amor, confianza, respeto y comunicación. De esta forma, aunque no va a estar exenta de dificultades será más fácil superar todos lo obstáculos que se puedan presentar, pues se apoya en los pilares básicos de una relación afectiva.
Cuando la relación avanza y vemos a nuestra pareja en una dimensión más real sin el apasionamiento del comienzo, es cuando somos más vulnerables y estamos más indefensos ante los principales enemigos de toda relación.
Estos enemigos son, entre otros, la falta de comunicación y la rutina.
La Comunicación
La falta de comunicación es uno de los principales problemas con los que se puede encontrar cualquier pareja y que incluso puede llegar a destruir la mejor relación.
Podemos amar mucho a nuestra pareja, pero si no sabemos transmitirle lo que pensamos y sentimos, lo más probable es que la relación fracase. Tenemos que saber expresar nuestros sentimientos y tratar de conocer los de la otra persona. Para ello es fundamental saber escuchar y mostrar atención e interés por todo lo que a ella concierne.
Muchas veces la falta de comunicación se produce por falta de tiempo o por cansancio.
En ese caso, se debería fijar un momento al día para poder conversar con la pareja, un momento donde nada ni nadie los interrumpa, pueden ser solo unos pocos minutos, pero que no existan excusas para no hacerlo.
La rutina
A veces, con el paso del tiempo, las parejas se ven envueltas en la rutina y el aburrimiento. La rutina es uno de los mayores enemigos de cualquier relación que hay que vencer, evitando en todo momento perder la alegría y la ilusión por nuestra pareja y manteniendo siempre deseos de estar con ella y de realizar juntos actividades que nos diviertan y nos entretengan y, compartiendo momentos de diversión y de ocio.
Debemos tratar de sorprender, de vez en cuando, a nuestra pareja con detalles y con nuevas ideas con la intención de evitar caer en la monotonía y el abandono.
El amor que sentimos por nuestra pareja y la creatividad, pueden ser las mejores armas para luchar contra estos enemigos.
Claudia Campos. Psicóloga Clínica. Master en Sexualidad Humana y Pareja.
Cuando comenzamos una relación amorosa todo es maravilloso, todo es color de rosa, pero con el paso del tiempo las cosas cambian y tenemos que hacer frente a las dificultades y los problemas.
Si bien es cierto que todas las parejas pasan en algún momento de su relación por situaciones de crisis. Lo importante en esos momentos es afrontarlas y superarlas actuando con madurez y asumiendo los vaivenes de la relación como algo normal que ocurre en todas las relaciones pero que hay que tratar de solucionar.
Ante las dificultades, no debemos caer en el abandono de la pareja ni dejar que las cosas se solucionen solas. Es importante una actitud activa y hacer todo lo posible por salir de esa situación, averiguando cuáles son los motivos que la provocaron y procurar que no vuelva a ocurrir.
Para que una relación sea sólida debe estar basada en el amor, confianza, respeto y comunicación. De esta forma, aunque no va a estar exenta de dificultades será más fácil superar todos lo obstáculos que se puedan presentar, pues se apoya en los pilares básicos de una relación afectiva.
Cuando la relación avanza y vemos a nuestra pareja en una dimensión más real sin el apasionamiento del comienzo, es cuando somos más vulnerables y estamos más indefensos ante los principales enemigos de toda relación.
Estos enemigos son, entre otros, la falta de comunicación y la rutina.
La Comunicación
La falta de comunicación es uno de los principales problemas con los que se puede encontrar cualquier pareja y que incluso puede llegar a destruir la mejor relación.
Podemos amar mucho a nuestra pareja, pero si no sabemos transmitirle lo que pensamos y sentimos, lo más probable es que la relación fracase. Tenemos que saber expresar nuestros sentimientos y tratar de conocer los de la otra persona. Para ello es fundamental saber escuchar y mostrar atención e interés por todo lo que a ella concierne.
Muchas veces la falta de comunicación se produce por falta de tiempo o por cansancio.
En ese caso, se debería fijar un momento al día para poder conversar con la pareja, un momento donde nada ni nadie los interrumpa, pueden ser solo unos pocos minutos, pero que no existan excusas para no hacerlo.
La rutina
A veces, con el paso del tiempo, las parejas se ven envueltas en la rutina y el aburrimiento. La rutina es uno de los mayores enemigos de cualquier relación que hay que vencer, evitando en todo momento perder la alegría y la ilusión por nuestra pareja y manteniendo siempre deseos de estar con ella y de realizar juntos actividades que nos diviertan y nos entretengan y, compartiendo momentos de diversión y de ocio.
Debemos tratar de sorprender, de vez en cuando, a nuestra pareja con detalles y con nuevas ideas con la intención de evitar caer en la monotonía y el abandono.
El amor que sentimos por nuestra pareja y la creatividad, pueden ser las mejores armas para luchar contra estos enemigos.
Claudia Campos. Psicóloga Clínica. Master en Sexualidad Humana y Pareja.
lunes, 29 de septiembre de 2008
¿Mentiras Piadosas?
Claudia Campos.MHS
A veces pensamos que en nuestra relación de pareja hay cosas que convienen callar. Otras veces creemos que lo mejor es ir de frente y hablar con la verdad. Saber cual es el límite de la sinceridad en cuestiones de amor, es algo que solo la comunicación entre una pareja y sus acuerdos lo puede determinar. A pesar de que a veces creemos que hay cosas que es mejor nunca decir a nuestra pareja, debemos ser conscientes que la mentira es el primer obstáculo en la comunicación, pues genera distancias, enfría la relación, provocan recelos y desconfianza.
Por lo general, las famosas mentiras piadosas y la conocida frase “no se lo digo porque lo voy a lastimar”, se generan de las promesas que se hacen las parejas. Promesas como: “nunca voy a mirar a nadie que no seas tú”, “siempre te voy a amar”, que a menudo suelen ser difíciles de cumplir en la vida diaria de las personas. Por ello, la mejor promesa que puede existir en una pareja es la sinceridad, pues la verdad fortalece el vínculo y el amor.
Igualmente una buena solución para evitar caer en las “mentiras piadosas” puede ser crear reglas y acuerdos dentro de la relación. Llegar a un acuerdo acerca de las libertades y concesiones que cada uno necesita para sentirse bien. Si las reglas están claras, la mentira se reducirá considerablemente, y hasta puede llegar a desaparecer. Lo importante es que estas reglas se establezcan desde la intimidad de la pareja; en estos casos; terceras personas no deben intervenir ya que guiarse por los juicios o valores externos puede llevar al fracaso. Sólo la verdad trae libertad, y para esto, es necesario que exista un diálogo sincero, basado en la confianza de que hay un otro ante el cual es posible abrir el corazón, mirarse a los ojos y confiar.
El desafío no es sencillo, pero vale la pena intentarlo. La verdad, aunque resulte amarga al principio, siempre es dulce al final.
Claudia Campos.Psicóloga Clínica.Master en Sexualidad Humana y Pareja
A veces pensamos que en nuestra relación de pareja hay cosas que convienen callar. Otras veces creemos que lo mejor es ir de frente y hablar con la verdad. Saber cual es el límite de la sinceridad en cuestiones de amor, es algo que solo la comunicación entre una pareja y sus acuerdos lo puede determinar. A pesar de que a veces creemos que hay cosas que es mejor nunca decir a nuestra pareja, debemos ser conscientes que la mentira es el primer obstáculo en la comunicación, pues genera distancias, enfría la relación, provocan recelos y desconfianza.
Por lo general, las famosas mentiras piadosas y la conocida frase “no se lo digo porque lo voy a lastimar”, se generan de las promesas que se hacen las parejas. Promesas como: “nunca voy a mirar a nadie que no seas tú”, “siempre te voy a amar”, que a menudo suelen ser difíciles de cumplir en la vida diaria de las personas. Por ello, la mejor promesa que puede existir en una pareja es la sinceridad, pues la verdad fortalece el vínculo y el amor.
Igualmente una buena solución para evitar caer en las “mentiras piadosas” puede ser crear reglas y acuerdos dentro de la relación. Llegar a un acuerdo acerca de las libertades y concesiones que cada uno necesita para sentirse bien. Si las reglas están claras, la mentira se reducirá considerablemente, y hasta puede llegar a desaparecer. Lo importante es que estas reglas se establezcan desde la intimidad de la pareja; en estos casos; terceras personas no deben intervenir ya que guiarse por los juicios o valores externos puede llevar al fracaso. Sólo la verdad trae libertad, y para esto, es necesario que exista un diálogo sincero, basado en la confianza de que hay un otro ante el cual es posible abrir el corazón, mirarse a los ojos y confiar.
El desafío no es sencillo, pero vale la pena intentarlo. La verdad, aunque resulte amarga al principio, siempre es dulce al final.
Claudia Campos.Psicóloga Clínica.Master en Sexualidad Humana y Pareja
miércoles, 23 de julio de 2008
HOMOSEXUALIDAD:De la Tolerancia al Respeto
Claudia Campos.MHS
Hablar acerca de la homosexualidad para muchas personas, es todavía un misterio y un tabú. Pero este tema, prohibido hasta hace muy poco tiempo, es hoy motivo de estudio, investigación y discusiones académicas así como de presentaciones literarias, teatrales, cinematográficas y televisivas, que con frecuencia muestran e inducen a la tolerancia y a la comprensión de esta conducta en muchas personas de nuestra sociedad.
Esta nueva actitud, sin juicios de valor, abre una esperanza al entendimiento, al respeto por la diferencia entre los seres humanos y estimula así una convivencia más armoniosa y en paz.
Sabemos que como muchos temas acerca de la sexualidad, hablar sin miedo, sin recelo de la homosexualidad, no es una tarea fácil y lleva tiempo. Tiempo para educarse acerca del tema, para despejar los mitos y falsas creencias que aún en la actualidad existen con respecto a la homosexualidad.
Comencemos por tener claro que la orientación sexual de una persona se define de acuerdo a su preferencia o atracción sexual y afectiva por personas ya sea de su mismo sexo, de otro sexo o de ambos, y puede incluir o no contacto genital.
Cuando la orientación sexual esta dirigida hacia personas del mismo sexo, estamos hablando de homosexuales. Y esto no tiene porque presentarse a confusión con la identidad sexual de la persona, pues la persona se siente a gusto con su sexo biológico (hombre o mujer) que tiene y no desea cambiarlo.
Igualmente saber que hace ya cerca de 25 años, la Organización Mundial de la Salud retiro la homosexualidad de la lista de las enfermedades mentales, y que esta comprobado que ser homosexual no es una conducta patológica, ni una enfermedad, es un buen comienzo para comenzar a entender y respetar la orientación sexual de quienes nos rodean.
Porque aunque la actitud de nuestra sociedad, especialmente entre los jóvenes, ha cambiado hacia una mayor tolerancia, todavía los homosexuales siguen constituyendo una minoría que tienen que afrontar prejuicios sociales, religiosos, legales y en muchos casos laborales. Lo ideal seria esperar que en el futuro se de una actitud más comprensiva, de acuerdo con el amor y el respeto que merecemos todos los seres humanos.
Claudia Campos. Psicóloga Clínica. Master en Sexualidad Humana y Pareja.
Hablar acerca de la homosexualidad para muchas personas, es todavía un misterio y un tabú. Pero este tema, prohibido hasta hace muy poco tiempo, es hoy motivo de estudio, investigación y discusiones académicas así como de presentaciones literarias, teatrales, cinematográficas y televisivas, que con frecuencia muestran e inducen a la tolerancia y a la comprensión de esta conducta en muchas personas de nuestra sociedad.
Esta nueva actitud, sin juicios de valor, abre una esperanza al entendimiento, al respeto por la diferencia entre los seres humanos y estimula así una convivencia más armoniosa y en paz.
Sabemos que como muchos temas acerca de la sexualidad, hablar sin miedo, sin recelo de la homosexualidad, no es una tarea fácil y lleva tiempo. Tiempo para educarse acerca del tema, para despejar los mitos y falsas creencias que aún en la actualidad existen con respecto a la homosexualidad.
Comencemos por tener claro que la orientación sexual de una persona se define de acuerdo a su preferencia o atracción sexual y afectiva por personas ya sea de su mismo sexo, de otro sexo o de ambos, y puede incluir o no contacto genital.
Cuando la orientación sexual esta dirigida hacia personas del mismo sexo, estamos hablando de homosexuales. Y esto no tiene porque presentarse a confusión con la identidad sexual de la persona, pues la persona se siente a gusto con su sexo biológico (hombre o mujer) que tiene y no desea cambiarlo.
Igualmente saber que hace ya cerca de 25 años, la Organización Mundial de la Salud retiro la homosexualidad de la lista de las enfermedades mentales, y que esta comprobado que ser homosexual no es una conducta patológica, ni una enfermedad, es un buen comienzo para comenzar a entender y respetar la orientación sexual de quienes nos rodean.
Porque aunque la actitud de nuestra sociedad, especialmente entre los jóvenes, ha cambiado hacia una mayor tolerancia, todavía los homosexuales siguen constituyendo una minoría que tienen que afrontar prejuicios sociales, religiosos, legales y en muchos casos laborales. Lo ideal seria esperar que en el futuro se de una actitud más comprensiva, de acuerdo con el amor y el respeto que merecemos todos los seres humanos.
Claudia Campos. Psicóloga Clínica. Master en Sexualidad Humana y Pareja.
Fantasías Sexuales: De la monotonía a la creatividad
Claudia Campos. MHS
Muchas parejas con el paso del tiempo ven apagarse por momentos la pasión, el fuego de los primeros años de su relación y convierten sus aproximaciones sexuales en algo “rutinario” y carente de emoción. Esto no tiene nada que ver con el amor que puede seguir desarrollándose y ser más intenso de lo que era en los comienzos. Es solo que pasa el tiempo y lo que era novedad ya no lo es y si sumamos la rutina del trabajo; la crianza de los hijos/as y el mantenimiento de la casa, no hay romanticismo ni pasión sexual que resistan tanta presión. Es ahí donde la aparición y el mantenimiento de las fantasías pueden ser una interesante manera de recuperar el erotismo. Muchas parejas recurren a sus fantasías sexuales como parte del juego erótico de su relación, ya que varias investigaciones han comprobado que fantasear puede contribuir al éxito de la experiencia sexual. Razón por la cual muchas veces las fantasías sexuales son utilizadas en el tratamiento de las disfunciones sexuales.
Es cierto que en el pasado hablar de Fantasías Sexuales era considerado un síntoma de un grave trastorno, la gente se horrorizaba o consideraba enferma cualquier persona hombre o mujer que se atreviera a hablar sobre sus fantasías. Aun en la actualidad muchos hombres y mujeres no se atreven a contarle a sus parejas sus sueños y fantasías porque han oído que este comportamiento es anormal por lo cual se sienten mentalmente trastornadas, culpables, avergonzadas y con temor a ser rechazadas.
Entender que las fantasías sexuales forman parte de la creatividad e imaginación de una persona y que estas pueden ser compartidas o no con nuestro compañero/a es muy importante para la vida sexual de la pareja, ya que compartir fantasías puede ser muy excitante para algunas parejas y enfriar la relación para otras.
Que son y para que tener fantasías?
Las fantasías sexuales son producto de la imaginación y creatividad de las personas y que todos somos capaces de crear y tener si así lo deseamos y desarrollamos. La mayoría de la gente tiene fantasías sexuales que sirven para una variedad de funciones y que pueden despertar varias reacciones. Pueden ser usadas de muy diversas formas: invitan a la masturbación, aumentan el deseo sexual, a veces se utilizan para facilitar el orgasmo, liberándonos de preocupaciones y miedos. A través de ellas podemos realizar actividades "prohibidas" sin tener que participar realmente en ellas. Dejarse llevar por las fantasías es una forma de ampliar la experiencia sexual sin correr ningún riesgo. Tener fantasías, incluso durante el coito, no es extraño, ni indica que necesariamente existan problemas en la relación.
El contenido de una fantasía sexual varia desde la simple imagen de una persona desnuda, hasta otras más elaboradas basadas en la seducción, islas desiertas, rescates heroicos, orgías, actividades homosexuales; pueden expresar un deseo sexual o provocarlo. Igualmente pueden ser placenteras o desagradables, estimulantes o no, realizables o imposibles. La gran mayoría de las veces estas historias eróticas visualizan imágenes sexuales, ya sea con la persona de la cual se esta enamorado, con alguien que es difícil de alcanzar o representan una experiencia prohibida.
La gran mayoría de las personas dejan volar su imaginación y piensan cosas que en la realidad no se atreverían a hacer. La fantasía y el deseo sexual a veces pueden aparecer juntos y ser el motor que enciende la escena sexual. Pero también se ha comprobado que la gente con bajo deseo sexual, tiene pocas fantasías sexuales y muchas veces se benefician usando y construyendo fantasías de manera positiva. La verdad es que hombres y mujeres sanos y normales gozan con las fantasías sexuales, no solo como base para excitarse o autoestimularse, sino durante el contacto sexual con otra persona. Lo importante es que si estas son vistas como parte de la creatividad de la pareja, como algo divertido y no como una amenaza a la relación, pueden llegar a resultar interesantes, excitantes y beneficiar la relación.
Dra. Claudia Campos. Psicóloga Clínica. Master en Sexualidad Humana y Pareja.
Muchas parejas con el paso del tiempo ven apagarse por momentos la pasión, el fuego de los primeros años de su relación y convierten sus aproximaciones sexuales en algo “rutinario” y carente de emoción. Esto no tiene nada que ver con el amor que puede seguir desarrollándose y ser más intenso de lo que era en los comienzos. Es solo que pasa el tiempo y lo que era novedad ya no lo es y si sumamos la rutina del trabajo; la crianza de los hijos/as y el mantenimiento de la casa, no hay romanticismo ni pasión sexual que resistan tanta presión. Es ahí donde la aparición y el mantenimiento de las fantasías pueden ser una interesante manera de recuperar el erotismo. Muchas parejas recurren a sus fantasías sexuales como parte del juego erótico de su relación, ya que varias investigaciones han comprobado que fantasear puede contribuir al éxito de la experiencia sexual. Razón por la cual muchas veces las fantasías sexuales son utilizadas en el tratamiento de las disfunciones sexuales.
Es cierto que en el pasado hablar de Fantasías Sexuales era considerado un síntoma de un grave trastorno, la gente se horrorizaba o consideraba enferma cualquier persona hombre o mujer que se atreviera a hablar sobre sus fantasías. Aun en la actualidad muchos hombres y mujeres no se atreven a contarle a sus parejas sus sueños y fantasías porque han oído que este comportamiento es anormal por lo cual se sienten mentalmente trastornadas, culpables, avergonzadas y con temor a ser rechazadas.
Entender que las fantasías sexuales forman parte de la creatividad e imaginación de una persona y que estas pueden ser compartidas o no con nuestro compañero/a es muy importante para la vida sexual de la pareja, ya que compartir fantasías puede ser muy excitante para algunas parejas y enfriar la relación para otras.
Que son y para que tener fantasías?
Las fantasías sexuales son producto de la imaginación y creatividad de las personas y que todos somos capaces de crear y tener si así lo deseamos y desarrollamos. La mayoría de la gente tiene fantasías sexuales que sirven para una variedad de funciones y que pueden despertar varias reacciones. Pueden ser usadas de muy diversas formas: invitan a la masturbación, aumentan el deseo sexual, a veces se utilizan para facilitar el orgasmo, liberándonos de preocupaciones y miedos. A través de ellas podemos realizar actividades "prohibidas" sin tener que participar realmente en ellas. Dejarse llevar por las fantasías es una forma de ampliar la experiencia sexual sin correr ningún riesgo. Tener fantasías, incluso durante el coito, no es extraño, ni indica que necesariamente existan problemas en la relación.
El contenido de una fantasía sexual varia desde la simple imagen de una persona desnuda, hasta otras más elaboradas basadas en la seducción, islas desiertas, rescates heroicos, orgías, actividades homosexuales; pueden expresar un deseo sexual o provocarlo. Igualmente pueden ser placenteras o desagradables, estimulantes o no, realizables o imposibles. La gran mayoría de las veces estas historias eróticas visualizan imágenes sexuales, ya sea con la persona de la cual se esta enamorado, con alguien que es difícil de alcanzar o representan una experiencia prohibida.
La gran mayoría de las personas dejan volar su imaginación y piensan cosas que en la realidad no se atreverían a hacer. La fantasía y el deseo sexual a veces pueden aparecer juntos y ser el motor que enciende la escena sexual. Pero también se ha comprobado que la gente con bajo deseo sexual, tiene pocas fantasías sexuales y muchas veces se benefician usando y construyendo fantasías de manera positiva. La verdad es que hombres y mujeres sanos y normales gozan con las fantasías sexuales, no solo como base para excitarse o autoestimularse, sino durante el contacto sexual con otra persona. Lo importante es que si estas son vistas como parte de la creatividad de la pareja, como algo divertido y no como una amenaza a la relación, pueden llegar a resultar interesantes, excitantes y beneficiar la relación.
Dra. Claudia Campos. Psicóloga Clínica. Master en Sexualidad Humana y Pareja.
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